¡¡QUÉ LA FUERZA TE ACOMPAÑE!!
Sin duda hay momentos en la vida en los que observas que las cosas no marchan bien, los días se hacen cuesta arriba o no te sientes identificado con tu yo. La tristeza, la ansiedad, la apatía o el mal humor te acompañan día a día empequeñeciéndote, asustándote o bloqueándote.
Este es el momento de pedir ayuda, tu mente e incluso tu cuerpo están lanzando mensajes de SOS. Escúchalos.
Limitar el impulso de pedir ayuda, restará tiempo a la terapia y a tu recuperación. Y ese mero paso del tiempo, sin unos recursos adecuados que ayuden a calmar el malestar, no va a ser la mano de santo que te haga recuperar fuerzas. No te paralices, coge el timón de tu salud psicológica.
Parece que la sociedad había estigmatizado la figura del psicólogo (en bajito se decía eso de: “he tenido que ir al psicólogo”. ¡Y eso si se decía!). Agradecidos estamos de que esta conceptualización ya haya cambiado y naturalizado. Si te duele la espalda, vas al fisioterapeuta. Si necesitas realizar un empaste, vas al dentista. Si algo limita tu crecimiento personal: vas al psicólogo; que será la figura profesional, que dado su papel neutral y objetivo, te permitirá analizar lo que está ocurriendo, te planteará objetivos alcanzables, te enseñará a cuidarte y reforzará tus logros.
El proceso terapéutico es paulatino e intenso. El conocimiento personal que se adquiere, el buen uso de las estrategias ante determinados tropiezos y la sensación de autocontrol y autoeficacia percibida, proporcionan armonía y seguridad en uno mismo. Eso sí, nadie dijo que fuera fácil… El darse cuenta de aspectos personales difíciles de limar, sacar fantasmas dormidos en nuestro interior o el hecho de aprender y generalizar aprendizajes tan personales, nos va a suponer empeño y trabajo. ¿Pero? ¿Quién es el que duda de qué lo puedas conseguir? La persona más importante de tu vida, es decir, TÚ, quiere que estés bien, confía en ese impulso de mejora. Así que ya sabes… ¡Qué la fuerza te acompañe!
Sara Llamas Martínez. Psicóloga Sanitaria.